jueves, 29 de octubre de 2009

El Gran trabajo oculto...




Las crisis exigen de las mujeres una mayor dedicación a la solución de los problemas familiares y comunales. Deben asumir los problemas emocionales de sus familiares desempleados, hacer trámites diversos en instituciones y servicios, y desplazarse permanentemente para buscar mejores precios de la comida y el vestuario. Cuando el Estado deja de responsabilizarse por algunas funciones en la salud o la educación, son las mujeres quienes se hacen cargo. Ellas, por ejemplo, continúan el tratamiento de los parientes enfermos en sus casas. La falta de un sistema de cuidado infantil apropiado, más difícil de implementar ante la necesidad de hacer ahorros en el presupuesto público, o la disminución de personal de salas cuna y jardines infantiles, intensifica su jornada de trabajo. La atención deficiente de algunos nuevos problemas, como el aumento del embarazo adolescente, la drogadicción o el sida entre los jóvenes, las enfrenta a situaciones nuevas para las cuales no están preparadas ni cuentan con el apoyo adecuado de programas especializados. Estas nuevas tareas se agregan a las otras que ya realizan como si ellas tuviesen un tiempo disponible elástico. Es comprensible entonces, que sufran muchas veces estrés y depresión y, en estos casos, una vez más son otras mujeres las que les apoyan, porque los servicios públicos dan poca importancia a los programas de salud mental.
Sin embargo, las mujeres mantienen un espíritu constructivo y son las primeras en responder a distintas iniciativas para mejorar los servicios, la seguridad de sus barrios y los nuevos problemas que enfrenta la sociedad. Participan en las juntas de vecinos, en las reuniones de colegio y en distintas organizaciones para mejorar la calidad de vida. Tienen enormes recursos como lo demostraron en los duros años de la represión y de crisis en los 80, en los que se organizaron para defender los derechos humanos, levantar ollas comunes y sostener el grupo familiar.
A pesar de ello, el aporte de las mujeres no es reconocido ni valorado. Son escasamente retribuidas, no se las consulta, sus puntos de vista y experiencias no son considerados en la toma de decisiones públicas.

1 Comment:

  1. Dueña de casa said...
    muy interesante, es muy cierto a nosotras como dueñas de casa no se nos valora la gran labor que realizamos dia a dia, y nadie mas que nosotras sabe lo dificil que es ser dueña de casa y lo peor aparte de todas las humillaciones por la que tenemos que pasar no existe remuneración

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