jueves, 29 de octubre de 2009

Discriminación de Género



Durante la Convención de la ONU, sobre “Eliminación de cualquier forma de discriminación contra la mujer” realizada el 18 de Diciembre de 1979, se define como discriminación a la “total distinción, exclusión o restricción basada en el sexo que tenga por objeto o por resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer, independientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad de hombre y la mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural y civil o en cualquiera otra esfera”.
Específicamente, en lo que concierne al campo laboral la división sexual del trabajo ha supuesto que hombres y mujeres se sitúen en distintos sectores y en diferentes puestos, encontrándose éstas últimas en los sectores de menor peso económico y en las categorías laborales más bajas y peor remuneradas incluso cuando desarrollan tareas similares a la de sus compañeros.
Esta situación conlleva además una seria desvalorización de las capacidades femeninas puesto que las tareas donde la mujer tiene mayor y casi exclusiva presencia, son aquellas en las que se produce una prolongación de las tareas tradicionalmente asignadas a las mujeres en el ámbito familiar-social:educación, sanidad, textil, servicios de limpieza, restauración y hostelería, etc. Del mismo modo las mujeres se ven más afectadas por factores de precariedad como el tener una mayor tasa de temporalidad, de contratación a tiempo parcial y ocupar el grueso de la economía sumergida. Junto con esto, en períodos de recesión económica, los puestos de trabajo de las mujeres son los primeros que se suprimen.
Por otra parte, el hecho de que en el ámbito privado la responsabilidad sobre los miembros de la familia y el hogar siga recayendo principalmente sobre las mujeres ha provocado la «doble presencia» o «doble jornada», que supone, además de la sobrecarga de trabajo, una limitación a la hora de optar a promociones o cambios de trabajo, ya que el tiempo que se puede dedicar al estudio y la formación se reduce fuertemente. En el caso contrario, cuando se opta por «sacrificar» la vida familiar en favor del trabajo, los sentimientos de culpabilidad a menudo influyen sobre la autoestima, generando también malestar e insatisfacción.
*Economía sumergida: aquella que pertenece ajena al control del Estado y que, por ende, no aparece en las estadísticas comerciales ni se toman en cuenta en el cálculo del Producto Interno Bruto.

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