jueves, 29 de octubre de 2009

Del Hogar al Mundo Laboral

El papel de la mujer en la sociedad actual dista mucho de la figura del ama de casa que no trabaja y que debe su tiempo y su vida al hogar y a los hijos. De su dedicación al ámbito privado y familiar, la mujer ha saltado, cuantitativa y cualitativamente, al mundo laboral.
La historia de la mujer siempre ha quedado inscrita en el ámbito familiar y privado, al cuidado de los hijos y al mantenimiento de la casa. Mientras, el hombre era el encargado de llevar el dinero al hogar, como consecuencia de su arduo trabajo.
El cambio cualitativo comenzó a darse en la mitad del siglo XX, después del fin de la Segunda Guerra Mundial, dándose en Europa y en el resto del mundo una recuperación económica y social muy importante que abrió nuevos caminos en las formas de organización de las sociedades modernas: concesión de derechos civiles y políticos a las mujeres, el acceso pleno a la ciudadanía, etc.
Sin embargo, la condición de la Mujer varía sustancialmente de una nación a otra, siendo en los países desarrollados donde la incorporación de la mujer al trabajo se ha dado de una manera más efectiva, intentado llegar a la igualdad de condiciones, de derechos y de salario. Aspectos en los que todavía queda mucho por hacer. Y es que la mujer, aún encuentra trabas para compatibilizar su vida profesional con su vida familiar. Aquellas que se incorporan al trabajo, a pesar de que ven reducido su tiempo considerablemente, no abandonan su actividad constante como cuidadoras de su hogar y de sus pequeños. Surge, en muchos casos, un exceso de responsabilidades y cargas tanto familiares, como laborales.
Como consecuencia, surge un mal muy extendido entre las madres trabajadoras, un trastorno real que llena las consultas y que afecta a millones de mujeres en países desarrollados: el síndrome de la superwoman, concepto que deriva de la constante búsqueda de la perfección por parte de las mujeres quienes procuran ser eficientes en su trabajo, mantener y llevar la casa y ocuparse de los hijos, de la mejor manera posible y eficaz. Pues bien, muchas veces esta búsqueda de perfección genera en las mujeres madres y trabajadoras trastornos físicos importantes: dolores, insomnio, jaquecas y estrés.
Este último, afecta por igual a mujeres y a hombres. Sin embargo, la mujer sufre un tipo de trastorno más específico, un tipo de estrés relacionado con su condición de madre y trabajadora. El síndrome de la súper mujer afecta a todas aquellas que quieren hacerlo todo sin ayuda externa alguna, se dejan llevar por el ritmo que impone la vida cotidiana en las sociedades modernas y pretenden cumplir, a la perfección, con todas y cada una de las responsabilidades, tanto de la casa y los hijos, como del trabajo.

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