domingo, 1 de noviembre de 2009

¿Hay Profesiones Femeninas y Masculinas?



Las profesiones y trabajos, más allá de llevar una “o” al final, en caso de ser ejercido por hombres o una “a” en caso de ser mujer, no son genéricas.
En la actualidad, es cada vez mayor la “mezcla de géneros” en las aulas de las universidades o en las oficinas de las empresas.

Aún así, aquellos valientes, o son mal vistos o mal valorados, debido al rechazo y encasillamiento en los que la sociedad ha atrapado a trabajadoras y trabajadores por igual. Porque “una mujer posee menos habilidades para las matemáticas o para la ciencia, pero son expertas costureras o cocineras”, esa es una de las reglas generales que la sociedad se ha encargado de difundir. Pero no es más que uno de sus caprichos. Un rumor confirmado por la represión y la poca libertad a la que estamos sujetos.
Si los hombres nunca tomaron una olla o ni siquiera entraron a la cocina, es obvio que no va a saber cocinar, pero eso no significa que no tenga el potencial para realizarlo. Esto se aplica, obviamente, para ambas partes.
Es lamentable que los estereotipos dominen practicamente todos los ámbito de nuestra vida diaria. Pero es aún peor, cuando incluso después de haberte esforzado arduamente para ejercer determinada actividad, se te discrimine incluso dentro de ella, cuando ya has probado que eres lo suficientemente capaz de realizarla (¡claro! De lo contrario no estarías ahí)
en fin, esperemos que, al igual que hasta ahora, esta situación continúe revirtiéndose y que las y los pocos valientes que van quedando se animen a seguir sus sueños y no las pobres razones que todos tratan de imponerles.

viernes, 30 de octubre de 2009

LA INCORPORACIÓN DE LA MUJER AL MUNDO LABORAL

A partir de 1984, se produce una incorporación masiva de la mujer al mundo laboral. Desde 1984 a 1989, un millón de mujeres ha tenido acceso al desempeño de una actividad profesional. Durante el último trimestre de 1994, el número total de mujeres ocupadas era de más de cuatro millones, que representa el 34% del total de trabajadores del Estado español. El incremento del paro experimentado los últimos años ha afectado también, lógicamente a la mujer trabajadora: el ultimo trimestre de 1994 se llegó a la cifra de 1.857.500 mujeres desempleadas.

Las mujeres desempleadas en general, y sobre todo las mujeres que quieren reincorporarse a la actividad laboral después de estar apartadas unos años del mundo laboral, no tienen facilidades para conseguir un puesto de trabajo asalariado. Este hecho ha provocado que muchas mujeres en estas circunstancias hayan tomado la decisión de montar una pequeña empresa o de crear su propio puesto de trabajo, aprovechando la experiencia laboral y profesional adquirida.

  • Cambios en el entorno social

  • Tradicionalmente, las mujeres siempre han podido intervenir mucho menos tiempo en su vida profesional que los hombres. La existencia de unas costumbres sociales todavía muy arraigadas constituye uno de los principales obstáculos con que se encuentra la mujer para poder desenvolverse profesionalmente. Sin embargo en los últimos años muchas cosas han cambiado en este sentido, y la mujer ha ido accediendo al mundo del trabajo de una forma más regular. Para ello, han sido determinantes los siguientes factores:

    • Matrimonios a edad más avanzada.

    • Planificación de la maternidad.

    • Independencia de la mujer en el ámbito de la pareja.

    • Aumento de la tecnología doméstica.

    • Aumento de servicios personales (servicios domésticos, escuelas infantiles...).

    • Incremento del consumo familiar.

    • Esperanza de vida más larga.

    Todos estos cambios han perfilado la evolución de la sociedad en los últimos años, e inciden en una mayor disponibilidad de tiempo por parte de la mujer y en su independencia económica. Es evidente que todos estos cambios han sido fruto de una transformación socioeconómica, y de la manera de vivir y concebir el mundo, que ha derivado hacia un cambio en la mentalidad de la gente.

    Estos cambios económicos y sociales han mejorado la calidad de vida y han provocado un incremento del consumo. La creación de una nueva clase media con un ritmo de vida que no se puede mantener únicamente con el sueldo del hombre, ha obligado a la mujer a adquirir una formación y cualificación profesional para poder acceder a un puesto de trabajo, y ha procurado situarse a un alto nivel de competitividad para mantenerlo.

  • Cambios en el mercado laboral

  • Los cambios técnico-científicos tan acelerados que han generado la economía y la producción de bienes y servicios en el último cuarto de siglo, así como la internacionalización financiera, productiva y de mercados a nivel mundial, han alterado totalmente las ofertas laborales locales, las relaciones de producción y el concepto mismo de trabajo.

    El concepto de estructura empresarial ha evolucionado considerablemente, en el sentido de que se precisan organizaciones reducibles muy cualificadas y polivalentes para atender la producción de bienes y servicios que genera la empresa, y los nuevos modelos deben tender a reducir al máximo las propias estructuras para reducir el capital de gastos fijos. El objetivo radica en no comprometer el futuro de la empresa a costa de soportar unos gastos de personal improductivos en épocas de recesión de las demandas. Por tanto, se imponen las estructuras externas, flexibles, de colaboración circunstancial, tanto de una obra directa como indirecta.

    Del crecimiento del sector de servicios, del incremento del trabajo autónomo, de las profesiones liberales y de los free-lance, y de la flexibilidad de las estructuras empresariales se deduce que está adquiriendo mucha preeminencia el sector del autoempleo en las profesiones liberales o independientes, que se dan de alta como autónomos y prestan sus servicios en una o diversas empresas de forma externa.

    La diversificación progresiva del mercado de trabajo y el papel cada vez más esencial de la especialización para poder cubrir determinadas necesidades son factores decisivos en el acceso de las mujeres al mundo laboral. de las transformaciones que se están produciendo se derivan las siguientes consecuencias:

    • La mujer ha demostrado su capacidad, aun cuando no se haya aprovechado en un porcentaje muy elevado.

    • Se ha incrementado la competencia profesional femenina.

    • La mujer escoge carreras con mayor potencial de desarrollo profesional.

    • Existe una aceptación de la mujer como profesional no solamente en puestos de trabajo no cualificados.

    • Se da una integración de la mujer en las empresas en puestos de dirección y como ejecutivas.

  • Cambios en la cualificación de la mujer

  • Paralelamente a los cambios del entorno social que han favorecido la incorporación de las mujeres al mundo laboral, también se ha producido una importante evolución en su cualificación, motivada por los siguientes aspectos:

    • El acceso masivo de las mujeres a la enseñanza superior.

    • El aumento de sus conocimientos profesionales, mediante la especialización.

    • La formación permanente (ocupacional, de adultos, reciclajes profesionales, etc.).

    • El incremento de la experiencia, derivada del mayor porcentaje de mujeres en el mundo laboral.

    No hace tantos años, la presencia de las mujeres en las universidades era minoritaria y en algunas facultades prácticamente inexistente. Pero en las últimas décadas, el acceso de la mujer a la enseñanza superior ha sido masivo. Hoy día las mujeres constituyen más de la mitad de alumnos de las facultades y escuelas universitarias; únicamente en las escuelas técnicas superiores continúan sido minoría, especialmente en las carreras pertenecientes el área de ingeniería y tecnología.

  • La motivación de las mujeres emprendedoras

  • En el informe La actividad empresarial femenina en España, publicado por el Instituto de la Mujer el año 1990, se destacan las siguientes motivaciones principales de las mujeres para crear su propia empresa:

    • Ocupacionales.

    • Realización personal.

    • Empresariales.

    • Bienestar económico.

    Según las investigaciones sobre la motivación empresarial, el aspecto económico no figura casi nunca en primer lugar entre los emprendedores, mientras que en las mujeres ganar dinero no es casi nunca una motivación intrínseca para crear una empresa, sino que va vinculada a un deseo de independencia económica directamente relacionado con su autorrealización.

    jueves, 29 de octubre de 2009

    Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo

    Según la V Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo, para reducir el número de lesiones y patologías es fundamental establecer y llevar a cabo unas normas básicas de prevención.

    Y es que, con respecto a 1999, se ha detectado un mayor número de enfermedades o lesiones entre los trabajadores españoles. Un 5,3% de las personas que desarrollan su labor en el sector servicios asegura sufrir síntomas compatibles con cuadros de estrés. Sin embargo, las consultas más frecuentes realizadas a los médicos están relacionadas con dolores de espalda y cuello.

    Una forma de evitar situaciones perjudiciales para la salud es que el trabajador y la empresa tomen medidas que fomenten la seguridad y el bienestar del profesional. Los siguientes consejos son algunas estrategias que se deben tener en cuenta si se quieren evitar accidentes y mantenerse sano:

    • Cumplir un horario: hacer horas extras o realizar una jornada laboral excesiva conlleva un mayor número de accidentes y lesiones.

    • Las zonas de paso y las salidas deben permanecer sin obstáculos.

    • El lugar de trabajo debe estar limpio y ordenado.

    • Si se manejan cargas, la espalda debe mantenerse recta y los pies firmemente apoyados.

    • Ante cualquier anomalía eléctrica es conveniente avisar al equipo de mantenimiento en lugar de intentar solucionar el problema.

    • En un mismo enchufe no se deben conectar varios aparatos eléctricos.

    • Si en el trabajo se manipulan productos químicos hay que utilizar las protecciones adecuadas y tener a mano el teléfono de Urgencias Toxicológicas.

    • Si la jornada laboral se desarrolla delante de un monitor: la espalda debe estar recta, el asiento debe regularse, la pantalla no debe mostrar reflejos, la distancia mínima de los ojos al ordenador o televisión debe ser 40 cm y tras dos horas de trabajo se debe cambiar de posición.

    • Los profesionales que empleen un vehículo como medio de trabajo, deben respetar las normas de seguridad vial y llevar puesto el cinturón de seguridad.

    • El estrés puede evitarse o reducirse si se planifican las tareas adecuadamente, estableciendo las de mayor carga de trabajo al comienzo de la jornada y llevando a cabo períodos de descanso.

    • El empresario debe mantener el lugar de trabajo en unas correctas condiciones: instalaciones eléctricas, calefacción, extintores o tuberías deben ser revisados periódicamente y puestos al día para fomentar la seguridad en el entorno laboral.

    • Por último, es recomendable llevar a cabo las pruebas médicas rutinarias establecidas por el servicio de prevención de la empresa. Si el trabajador es autónomo, debe vigilar periódicamente su salud, es la mejor forma de prevenir la aparición de enfermedades o atajar a tiempo algunos trastornos.

    Mayor participación de la mujer en el mercado laboral disminuye pobreza

    Ministro Solari explicó que en los últimos años la cantidad de mujeres trabajando no ha aumentado, lo que constituye un gran problema en países como el nuestro, donde se requiere de su trabajo para resolver el tema de la pobreza, precisando además que muchas veces son las jefas de hogar.

    El Ministro del Trabajo, Ricardo Solari, lamentó que en los últimos años las mujeres no hayan aumentado su participación en el mundo laboral, ya que “países como el nuestro requieren de su trabajo para salir de la pobreza”.

    El Secretario de Estado se refirió al tema durante su intervención en un diálogo abierto, en el que también participó el Presidente Ricardo Lagos y la Ministra del Sernam, Cecilia Pérez, con un centenar de mujeres trabajadoras que asumieron roles de liderazgo sindical en organizaciones constituidas con posterioridad a la Reforma Laboral.

    En lo últimos 18 meses se han creado 1.247 nuevos sindicatos, más del doble de los que se formaron, en igual período, antes de la entrada en vigencia de la nueva formativa. Lo que significa que hay otros 46 mil trabajadores sindicalizados, de ellos 12 mil son mujeres.

    Solari precisó que “del año 2001 hasta la fecha ha aumentado el número de sindicatos y de trabajadores y trabajadoras sindicalizadas, pero lo más importante es que se están constituyendo sindicatos y afiliando personas en empresas nuevas donde nunca hubo experiencia sindical”.

    En cuanto al rol asumido por la mujer en el ámbito sindical, el Ministro del Trabajo manifestó que si bien la participación de la mujer en el mundo laboral creció con fuerza en la década del ´90´, se detuvo al igual que el sindicalismo antes de la Reforma Laboral. Lo que constituye un grave problema para el país.

    “En los últimos años la cantidad de mujeres trabajando no ha aumentado y eso es un problema porque los países, como el nuestro, requieren de su trabajo para resolver el tema de la pobreza. Muchas veces ellas son jefas de hogar por lo que requieren de un ingreso, en caso contrario, les permitirá contar con dos ingresos en el hogar”, indicó.

    La autoridad explicó además que las mujeres incorporadas al mundo del trabajo tienen autoestima, dignidad, participan y transforman un mundo laboral “de modo poderoso. Por eso para nosotros un tema importante y, por tanto, las medidas que tomemos tienen que jugar dos roles: proteger los derechos de las trabajadoras y al mismo tiempo no afectar las posibilidades de que nuevas mujeres se incorporen al mundo laboral”. Esto último en relación al derecho de las trabajadoras de contar con sala cuna.

    “La ley vigente está hecha de un modo que desincentiva a los empleadores a contratar mujeres porque deben asumir el costo de la sala cuna cuando tienen 20 o más trabajadoras. Lo ideal sería contar con un sistema de financiamiento que no sea de costo del empleador y que permita a todas las trabajadoras gozar de este beneficio”, concluyó.

    Diferencias Laborales.


    Hace seis u ocho años atrás la discusión se centraba más bien en la baja tasa de participación laboral femenina. Hoy ésta, sin perjuicio que sigue siendo baja comparada con el resto del mundo y en especial con Latino América, ha aumentado por lo que la discusión se centra en otros puntos a saber: la brecha salarial y la escasa participación de la mujer en cargos directivos.
    Según el último informe de empleo del OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), las mujeres a nivel mundial ganan un 17 % menos que los hombres. En nuestro país la cifra alcanza el 30% llegando al 56% en el caso de doctoras o magíster. En cuanto a la participación de las mujeres en puestos directivos: 6,7 % es la cifra oficial. Ahora, un estudio realizado por la empresa de head hunting “Heidrick & Struggles” en el período 2002-2008, publicado recientemente, señala que la cifra ascendería al 13% (cabe señalar que el promedio en América Latina es del 18%).

    El Gran trabajo oculto...




    Las crisis exigen de las mujeres una mayor dedicación a la solución de los problemas familiares y comunales. Deben asumir los problemas emocionales de sus familiares desempleados, hacer trámites diversos en instituciones y servicios, y desplazarse permanentemente para buscar mejores precios de la comida y el vestuario. Cuando el Estado deja de responsabilizarse por algunas funciones en la salud o la educación, son las mujeres quienes se hacen cargo. Ellas, por ejemplo, continúan el tratamiento de los parientes enfermos en sus casas. La falta de un sistema de cuidado infantil apropiado, más difícil de implementar ante la necesidad de hacer ahorros en el presupuesto público, o la disminución de personal de salas cuna y jardines infantiles, intensifica su jornada de trabajo. La atención deficiente de algunos nuevos problemas, como el aumento del embarazo adolescente, la drogadicción o el sida entre los jóvenes, las enfrenta a situaciones nuevas para las cuales no están preparadas ni cuentan con el apoyo adecuado de programas especializados. Estas nuevas tareas se agregan a las otras que ya realizan como si ellas tuviesen un tiempo disponible elástico. Es comprensible entonces, que sufran muchas veces estrés y depresión y, en estos casos, una vez más son otras mujeres las que les apoyan, porque los servicios públicos dan poca importancia a los programas de salud mental.
    Sin embargo, las mujeres mantienen un espíritu constructivo y son las primeras en responder a distintas iniciativas para mejorar los servicios, la seguridad de sus barrios y los nuevos problemas que enfrenta la sociedad. Participan en las juntas de vecinos, en las reuniones de colegio y en distintas organizaciones para mejorar la calidad de vida. Tienen enormes recursos como lo demostraron en los duros años de la represión y de crisis en los 80, en los que se organizaron para defender los derechos humanos, levantar ollas comunes y sostener el grupo familiar.
    A pesar de ello, el aporte de las mujeres no es reconocido ni valorado. Son escasamente retribuidas, no se las consulta, sus puntos de vista y experiencias no son considerados en la toma de decisiones públicas.

    Tópicos sobre la Mujer Trabajadora


    La sociedad, dentro de los roles que establece para hombres y mujeres, también establece qué profesiones puede ejercer un sexo y otro. Hay profesiones que se han considerado masculinas: electricistas, taxistas, mecánicos, ingenieros, arquitectos, pilotos, etc. Mientras las mujeres han sido empleadas del hogar, azafatas, profesoras, telefonistas, secretarias, etc.
    Desde hace ya algún tiempo existen campañas para ofrecer un acceso igualitario para ambos sexos a los puestos de trabajo, de manera que no es un problema que una mujer acceda a un puesto de trabajo en una empresa donde los empleados han sido tradicionalmente hombres. Además, el desarrollo tecnológico permite que la mujer ocupe puestos que antes se consideraban masculinos por el esfuerzo físico que implicaban o por su peligrosidad.

    No obstante, aún se hace necesaria una campaña que acabe con algunos tópicos relacionados con la mujer y el mercado laboral. Es común por ejemplo, creer que mientras que el hombre necesita un trabajo, la mujer trabaja sólo porque quiere, no por necesidad. Una mujer puede tener necesidad de un empleo e ingresos propios, como cualquier hombre, para sus necesidades, las de su familia, para ser más independiente, o simplemente para desarrollarse como persona.
    La doble jornada que se ve obligada a realizar la mujer, en el trabajo y en casa, habitualmente le ha impedido tener la disponibilidad laboral que podía tener el hombre. Esto ha vetado en muchas ocasiones el acceso de la mujer trabajadora a puestos de responsabilidad o de dirección, y , en caso contrario lo haría a costa de perder tiempo con su familia o, incluso, renunciando totalmente a ella.
    El mundo laboral, los horarios y la forma de relacionarse, es todavía masculino, y reproduce el esquema tradicional en el que el hombre trabajaba fuera de casa, mientras que la mujer permanecía en el hogar. La familia sigue siendo una carga femenina. Así por ejemplo, se cree que una mujer falta mucho más al trabajo que un hombre. Si esto es así, es porque, mientras los hombres se ausentan para realizar gestiones administrativas, las mujeres lo hacen normalmente por cuestiones familiares, como acudir al médico con sus hijos, resolver el problema de que ha fallado la niñera, etc.

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